domingo, agosto 9

Quizás...


Una mañana deje de punzárseme el pecho cuando escuche los primeros acordes de la nada.
Una tarde, ya no se me empañen los ojos por la impotencia.
Un día, descubras lo que yo ya sé.
Compartamos algo más que alma y deseo.
Seamos algo más que hermanos.
En tu camino, como en el mío, reine la felicidad aún echándonos de menos.
Quizás...
No dejes de pensar en mi ni un solo día de tu vida.
Sienta que no puedo hacer nada.
Llegue el momento en el que se me permita luchar por lo que deseo sin hacer daño a nadie.
Deje de pensar en todo el mundo y vaya a muerte.
Quizás, algún día, todo vuelva a cobrar sentido.

2 comentarios:

olguita manzanita dijo...

"los primeros acordes de la nada" me ponen los pelos de punta. La nada siempre estará acechando, más allá del sentido. Intrínseco vacío en la repleta existencia. Me estremeceré cada vez que crepite ese silencio. Y después, cantaré bien fuerte para ahuyentar fantasmas.

ir-n dijo...

Sí, el refranero popular recoge -de una hermosa forma- la sabiduría extrema... "El que canta sus males espanta" es un clásico...
Vibras que curan el alma y llenan de vida el corazón.

Cantemos alto y fuerte... la vida son dos días; el silencio es la paz y la NADA puede dárnoslo TODO también. El secreto estaba en saber ver ¿verdad?

Mil besos y abrazos, linda.