martes, marzo 31

Cobardes


Nunca sabes cómo empieza y, mucho menos, cómo acaba.
FIN.
Tres letras que se engarzan sin miedo a los ojos de muchos.
De relativa trascendencia para el acontecer de los días.


Despiertas en siniestra nebulosa de inquietudes y sueñas convertir
ayer en hoy y hoy en mañana.
Tu presente es mi futuro y el pasado ni lo recuerdo por mucho que me ancle el olvido.

Recorro tu cuerpo semidesnudo con intención de recrearme en lo que desconozco.
Busco las huellas de tus orígenes entre bolas de papel arrugadas.
No sé nada de ti.
Podría saber más; incluso menos y enmudecer pasmada ante las predecibles sorpresas que aguardan tras la noche de mis secretos.

El ocaso, el abismo, la muerte y la vida.
El deseo y el desconocimiento.
La impaciencia e impertinencia.

Qué pesado puedes ser en tu silencio.
Llenas cántaros de alegorías.
Buscas el significado antagónico de mi presencia.
Abres la puta caja de pandora y huyes despavorido.


¡Qué cobarde!

lunes, marzo 30

Alcohol

Ay alcohol que inundas mi vida, mi mente y mi cuerpo.
Que me regalas risas y surrealismo.
Que acompañas, con tu presencia, mi pérdida de identidad.
Me haces perder los papeles.
Y nunca mejor dicho pues, esta vez: perdí la cartera.
En fin; todo fuese eso.

sábado, marzo 28

¿?


Graba en el lado visible de la luna tus deseos.
Grábalos con dulce tinta roja.
Aquella que corre por tus venas, ahora, también por las mías.
Dibuja con perfiles invisibles tus sueños.
Los descubriré cueste lo que cueste.

viernes, marzo 27

Segunda adolescencia


La segunda adolescencia llegó con ímpetu en su tardanza.
Desmanteló las teorías baratas de toda una vida y trajo consigo el libre vuelo de la mujer íntegra y decidida.
Se acompañó a si misma sin soltarse de la mano; sin dejar que temiese, ni por un instante, lo que acontecía.
Rió, bailó, cantó y sintió hasta no poder más.
Quemando etapas.
Duelos de dagas envenenadas que, tras la herida, fecundan los campos de flores y revierten de amor el espíritu.

miércoles, marzo 25

Insisto


Vi aquella fotografía de hace algunos años.
El corazón se me encogió.
Joder, habíamos estado tan cerca y no lo sabíamos...
Yo, nunca lo hubiese imaginado.
Insisto: ¡deberías haberme convencido!
Tenías argumentos más que de sobra y un arma letal en tus manos.

Hubiese bastado con besarme o acariciarme el pelo.
Sobraba con una frase de ensueño de esas que tejes con dulzura.
Respirábamos el mismo aire.
Hacíamos las mismas cosas y, sin embargo, no teníamos ni idea de lo que pasaba a nuestro alrededor.

sábado, marzo 21

La sangre es más espesa que el agua


Apenas éramos adolescentes y nos sentíamos ancianos.
Creábamos soluciones imposibles para paliar las barbaridades del mundo y, sentados frente al mar que baña nuestros orígenes, fumábamos hermanados.
De vuelta de todo, con sabiduría extrema y bendita inconsciencia.

Pensamos que la vida nos separaría y, sin embargo, a cada golpe nos acerca; nos estrecha entre sus brazos; nos empuja y aproxima al corazón, al profundo AMOR; fundiendo nuestra sangre.

Te quiero pues me veo en ti cada vez que te miro.
Me ilumino cuando me hablas, cuando recordamos, paseamos y compartimos un cigarro.
Quiero volver a ayer.

Hemos superado conflictos con la madurez de una tercera o cuarta vida;
hemos viajado desde la inmovilidad y, ésta, nos ha hecho sabios.
Veo en ti un referente; ves en mi la niña gitana loca y atolondrada que soy.
Veo en nosotros un subproducto de nuestra interacción.

Creo en la eternidad porque, juntos, lo aprendimos.

viernes, marzo 20

Compartir


Lo que se siente cuando te escuchan,
cuando te quieren, te miman, arropan y cuidan.
Lo que pienso cuando me miras,
cuando me sonríes, me acaricias
o besas con ternura un tirabuzón de mi pelo.

Lo que me gusta oir correr el agua de la ducha
tumbada desnuda sobre tu cama y saber que, aunque sola,
estoy acompañada.

Lo que sueño cuando en la distancia caigo rendida,
dejo de escuchar tu voz al otro lado o te veo caminar en dirección opuesta.

Los guiños de complicidad que tu realidad me regala.
Lo que consigues cuando lo intentas,
la ternura que me despierta, simplemente, el verte vivo.

Lo que crece dentro de mí a cada día, en cada verso,
pensamiento y elucubración.

Lo feliz que soy por hacer uso de mi libertad;
por saber dónde y con quién estoy a cada minuto.
Por querer crecer y no dejar de hacerlo.
O simplemente, poder morir, habiendo compartido todo esto.

miércoles, marzo 18

Lobos y corderos


Lobos y corderos.
Rebaños solitarios.
Identidad de grupo, catarsis y poder.

Individualmente: pequeño submundo inabarcable.
Incomprensible herramienta para acceder.

Achaques de prematura autodestrucción inconsciente.
Rutinas de veneno con pretensión de matar.
Matar las heridas y recuerdos del pasado; rabia e incomprensión.
Falso paliativo del dolor.

Marejada interna, descontrolada, absolutamente desbocada y, en tantas ocasiones, reprimida.
Estética agresiva y violenta.
Dientes apretados; aullidos de lobo.
Corazón de lana; mirada y amor de cordero.

Juzgadme a mi como hacéis con él si tenéis huevos.
Juzgadme a mi por encontrar sin juzgar vuestros anhelos.


miércoles, marzo 11

Tras la verja


Me escondo tras la verja pues no encuentro tu mirada y, espero al acecho, impaciente tu llegada.
Corre el aire; en él caminan mis pensamientos mientras observo lo que, materialmente, se desplaza; lo que gira alrededor de la nada.

Ni un movimiento en falso que trunque mi plan.
Ni un andar hacia atrás que desnude mi alma ante el abismo de tu ausencia.

Quieta, concentrada y precisa agudizo mi vista hacia el entramado de árboles y ramas.
Se mueven ligeramente y, entre ellos, el vaivén de tu caminar.

Actúas como si alguien te observara.
Intuyes mi mirar en tu alma y la rodeas de hermosas liturgias.
Una mirada al vacío; una pose; un cigarrillo; una mueca que deja entrever tu pensamiento.

Todo queda en nada.
Cae la noche, sientes frío y tus pasos te llevan por donde viniste.
Te pierdes entre los árboles y yo me pierdo ante el reflejo del vacío.

Mañana, volveré a esconderme tras la verja.
Me ocultaré de nuevo tras mi máscara.
Esperaré tu llegada al parque donde, inquieto, esperas algo sin saber.
Como si alguien te observara.

domingo, marzo 8

Mujeres

Mujeres,
es el miedo del ignorante el que marca la diferencia.
Es nuestro coraje el que nos hace libres.
Feliz día.

sábado, marzo 7

...


Puede ser lunes o viernes.
Sábado por la noche o domingo por la mañana.
Tú, siempre estás presente.
En cada acto, movimiento o respiración.

Los suspiros intentan alejarte de mi mente pero, al respirar de nuevo, te conviertes en aliento de esperanza, en halo de luz, de quietud y movimiento interno al mismo tiempo.

Alteras la rutina sin estar presente y sin, ni siquiera, querer estarlo.
Desapareces de mi vida y pensamiento en pocos e insignificantes instantes.
Sin embargo, cuando te aproximas, lo haces con la fuerza del océano; del viento huracanado de tus ojos.
Lo haces de una manera que me sorprende, me aturde, me asusta y apasiona.
Joder, ¡qué lata!


jueves, marzo 5

El jardín de la esperanza


En el jardín de la esperanza hay flores y hierba fresca;
lágrimas de rocío bañando los campos y árboles mientras, el Sol, regala los primeros rayos de luz al alba.

Corre entonces la niña, salvaje y descalza; desnuda y libre de ataduras.
Las enfermedades perecen al son de la vitalidad; lejos de la clandestinidad.
Al margen de los secretos del corazón.

Salta, ríe y juega con los cantos rodados de su locura.
Con aguas marinas que construyen, en la orilla, formas de ensueño y sinuosas expectativas de verdad.

Disfrazamos las emociones con mentiras de hermosa sonoridad;
con palabras que funden nuestros ocultos deseos en la realidad que nos envuelve, empapela y empareda.
Creemos así que somos libres y nos encadenamos al horizonte de la dramaturgia barata; del confín de lo oculto; de la belleza del ser en este mundo que, de bello, tiene poco en ocasiones.

Convertimos lo innecesario en básico relegando lo fundamental a un plano que, para muchos, no llegará a existir jamás.

Es por ello por lo que agradezco la luz del sol; por lo que amo lo que aparentemente no se ve pero que, tanto tú como yo, somos capaces de palpar, rodear con nuestros brazos y aproximarlo con firmeza al corazón.

Sólo unos cuantos han sido capaces de disfrutarlo y compartirlo.
Sólo algunos son privilegiados entre los desfavorecidos de almas deprimidas y mentes enfermas.

Cada mañana, no olvides tumbarte sobre la hierba, sonreír y disfrutar del jardín de la esperanza.

miércoles, marzo 4

Domingo


Los domingos, son la espera.
La espera de algo concreto que aún no tiene forma pero que, crees, llegará.
Los domingos son lentos pero duran demasiado poco.
Los domingos siempre hago las cosas que no espero y espero las que no hago.

Los domingos espero las sorpresas, las alegrías, la inspiración.
Espero descansar sobre la hierba o esperarte contemplando el mar.

Espero que aparezcas por detrás mientras me tomo una cerveza al sol.
Espero que me abraces fuerte y susurres algo al oído.
Espero el atardecer y merendar frente a la chimenea.
Espero quedarme dormida entre tus brazos y descansar confiada hasta el día siguiente, que será lunes y ya no esperaré nada.

lunes, marzo 2

Soy



Un cielo plomizo se cierne sobre la ciudad.
Villa de aguas bravas y gentes honradas.
La normalidad impera en sus habitantes pero, sin duda, no todo el mundo es capaz de llevar con aplomo una patada en la boca.
Soy Norte y Sur. Cielo y Tierra. Lluvia y Sol. Roca y Arena.
Algas y sal.
Soy todo aquello que te hace temblar.

domingo, marzo 1

La estación fantasma

Fotografía: AnaBanana

El día que te encontré entre mis pensamientos ya habías estado allí antes.
Eras de canela y miel.
Suave como la seda.
De piel dorada y ojos azabache.


"No decepcionarás nunca al que te conozca" fueron las palabras que mi alma escupió sin conocerte.
No pensé en decirlas, pero se precipitaban veloces hacia el exterior para penetrar en tu vida, resonar en tu coraza y anclarme en tu alma por siempre jamás.

El día que te encontré estaba perdida entre los andenes de mi estación fantasma.
En la estación donde los sueños me llevan negándome la claridad del destino.
Me quedé haciendo noche allí, entre ilusiones de cartón.
Tuve frío. Viniste a abrazarme fuerte y firme.
Nunca más quisiste separarte de mi lado.
Nunca más te dejé marchar.

Lo llenaste todo de flores, insectos y animales de los que la naturaleza da en sitios paradisíacos.
Me obligaste a coger un tren contigo; a contagiarme de tu entusiasmo para no marchitarme. Pusiste mis hojas del revés y pudimos ver que estaba enferma.
Los hongos hacían mella en mi vida y la vida se volvía gris a mi paso.

El día que te encontré aprendí que el mundo no está podrido.
Descubrí un camino en común aunque los pájaros estén muertos en mis sueños.
Me enseñaste a pintar la realidad regalándome un estuche precioso de témperas, lápices y óleos.

Tengo lo importante y tú formas parte de ello.

Estoy acostumbrada a sumirme en la soledad como refugio.
Me siento desnuda en la estación austera de suelos sucios; quiero contaminarme, revolcarme en las enfermedades del mundo para no enfermar nunca más.

El día que te encontré, encontré en ti la calma que tu viste en mi.
La fuerza que tu ves en mi.
Deseé darle al mundo la oportunidad de ser mejor engendrando un ser con cuerpo, alma, espíritu y forma de persona.
Deseé seguir siendo una niña para siempre y amar como la mujer salvaje que soy.
Decidí luchar aunque ahora me toque dormirme en tu regazo y descansar sobre tu pecho resquebrajado por la vida.

Parezco dormida pues me estoy reservando para algo grande.

Te quiero a mi lado aunque me concibas como independiente y amante de la soledad.
Quiero crecer a tu lado; seguir cultivando todo mis ser sin mermar tu espíritu.
Quiero que estemos juntos mucho tiempo.
Todo el que podamos y necesitemos.

Quiero que viajemos y hagamos un proyecto.
Que nos empapemos de sabiduría y contagiemos a quien lo necesita.
Quiero que aprovechemos la suerte que hemos tenido en la vida y la repartamos con quienes no han tenido tanta.

El día que te encontré no era consciente de todo lo que llegaría a amarte.
De lo que podrías amarme.
Ahora, tomo conciencia de la suerte que tengo y premio tu valentía con todo lo bueno que perdura dentro de mi.

Mis secretos son tuyos en secreto desde el día que te encontré.