jueves, mayo 14

Una mañana de las de siempre; de las de antes; de las de mañana.


Lento despertar en una cálida mañana de primavera.
Ciudad de luz diversa y luminosa (redundar no es nadar en la abundancia).
Otro brillo, otro olor, otras sensaciones.

Se para el tiempo.
El ruido de la calle es otro.
La gente habla diferente y los pájaros pían SUR; pían SOL; vaticinan la inminente llegada del estío.
La sombra aún es fresca.
En la espera buscamos directamente los rayos de sol que nos desnudan por capas como cebollas.

Un señor se nos acerca preguntando si hemos quedado allí para ver un piso.
La cabeza se me dispara y los recuerdos me inundan; el tiempo retrocede. Vivo y revivo lo pasado; lo que ya no vuelve -como ahora-.
Me sorprendo, de nuevo, con un turbante en la cabeza; como antaño, como hace tantísimo ya que había olvidado.

Olga me ofrece una manzana (jijiji,olguita manzanita); me la como al sol mientras nos contamos aventuras y conquistas en este nuevo renacer.
Qué agusto estoy, cojones. Ya podía pararse el tiempo un año...
Hedonismo, disfrute, placer... Carambolas, ¡qué me aspen!

Llega Vere motorizada y rumbo a la playa. qué festín.
Parada técnica en el supermercado de Joaquín: empanadillas, helados, patatas y crema protectora solar factor 20 (con aftersun de regalo).
Modelaje en el parking, rescate de helado en el camino y, al fin, pisamos descalzas las piedras deshechas.

Explorando arena, pretendemos la inmensidad de la NADA, en esta, nuestra mañana. Gran momento ahora, tumbadas al sol de primavera...
Me adormecen las aguas y las palabras de las bellas; los sueños de la vigilia; las ganas de la eternidad.
Gran momento de soledad compartida y observada por una serie de personajes (véase el gorras, el bakala, y la panda de franceses cometeros con perro y mujer preñada devorando bocadillos sin fin)
Me quedé a vivir en ese instante. Rodeada de cielo, mar, sol, música de olas, amigas y tranquilidad en el alma.

Se dieron las despedidas y perdí las llaves... pero, menos mal que, afortunadamente, Joaquín las tenía a buen recaudo...
Pésima síntesis de lo inexplicable.
Al menos, la emoción, los olores y la brisa en la cara permanecen intactos en mi recuerdo.



Urban*nova a 5 de mayo de 2009

2 comentarios:

olguita manzanita dijo...

arf... me gusta beber mis recuerdos en los tuyos.

Qué agustito! Qué bueno!

ir-n dijo...

Y a mi me gusta vivirlos contigo...
umh!!