miércoles, marzo 11

Tras la verja


Me escondo tras la verja pues no encuentro tu mirada y, espero al acecho, impaciente tu llegada.
Corre el aire; en él caminan mis pensamientos mientras observo lo que, materialmente, se desplaza; lo que gira alrededor de la nada.

Ni un movimiento en falso que trunque mi plan.
Ni un andar hacia atrás que desnude mi alma ante el abismo de tu ausencia.

Quieta, concentrada y precisa agudizo mi vista hacia el entramado de árboles y ramas.
Se mueven ligeramente y, entre ellos, el vaivén de tu caminar.

Actúas como si alguien te observara.
Intuyes mi mirar en tu alma y la rodeas de hermosas liturgias.
Una mirada al vacío; una pose; un cigarrillo; una mueca que deja entrever tu pensamiento.

Todo queda en nada.
Cae la noche, sientes frío y tus pasos te llevan por donde viniste.
Te pierdes entre los árboles y yo me pierdo ante el reflejo del vacío.

Mañana, volveré a esconderme tras la verja.
Me ocultaré de nuevo tras mi máscara.
Esperaré tu llegada al parque donde, inquieto, esperas algo sin saber.
Como si alguien te observara.

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