jueves, abril 26



Te echo de menos nada más despertarme.
Miro el cielo,
a un lado, al otro...
no estás.

Sufro tu ausencia en silencio,
pues no es justo proclamarla,
ni lícito,
ni tácito,
ni sano.

Siento que me falta tu sonrisa,
tu risa,
tu voz.

Siento que me falta el lunar de tu hombro,
tu labio de abajo,
los pantalones rotos,
las zapatillas rojas,
de nuevo tu voz.

Me falta tu cariño
y la belleza de tu amor.
Me falta la vida
de blanco y madera,
de sueños...

Me falta la ilusión con la que vendí mi alma,
te regalé el tiempo,
los planes,
la eterna infancia,
mi dolor.

Siento tanto sentir como siento sentirlo.

No hay día en el que no te piense
y recuerde que ya no estás.




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