Hay quien detesta lo que soy,
por el mero hecho de ser.
Nunca se me ve,
pues así es mucho mejor.
La vida me acaricia,
suave como el viento,
en la distancia,
lejos del miedo,
del arrepentimiento.
Quiero que todo sea,
como tenga que ser,
he dado más de lo que he pedido
y volveré a renacer.
Siempre vuelvo,
fuerte y fresca,
limpia y pura
a corazón abierto,
agarrada a la locura.
Nada ni nadie puede hacerme cambiar.
Nadie ni nada.
Seré yo misma hasta el final.
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