miércoles, agosto 26

Al borde del sofá


Al borde del sofá crecen los delirios;
mueren los sueños,
carecen de sentido tus palabras.

Se hace el silencio.
¡Bienvenida soledad!
No estás;
no volverás a estarlo.


Sin embargo...
yo sí estoy y,
esta vez,
no al borde del sofá.

La vida me recibe con los brazos abiertos.
Las decepciones me alejan.
No soporto los cobardes.
Detesto a los perdedores.

He vuelto a ganar.
Pedirle al universo lo que merece la pena
es traerme un joven insolente.
Es dejar atrás un loco enajenado al que puedes amar profundamente.
Es darme la libertad de elegir.
La suficiencia de no padecer.
El disfrute de compartirme...

Al borde del sofá hay perros y gatos.
Asustados por los cohetes voladores que celebran tu ausencia.
Al borde del sofá hay una mujer impresionante.
Una cena para dos.
Un café con hielo.
Un requemado de coñac.

Al borde del sofá hay un par de zapatillas,
unas chanclas,
unos playeros,
una alfombra y un millón de ilusiones.

El reposo de la raposa.
La sabia zorra.
Un mundo entero.
Una pieza que se pierde.
El tapón de un boli.
Un diario terminado.
Una historia finita.
Un amor inexistente.
Un mañana.
Un futuro mejor.


Al borde del sofá estás tú.
Sentado a miles de kilómetros.
¿Yo?
en tu pensamiento.
Tus movimientos,
tus suspiros,
tus agujetas,
en el dolor de la sien,
en las creaciones y locuras.

Estoy y soy en ti.

Argentina nos espera.
Una casa unifamiliar.
Una boa.
Un hogar.
Un sueño que puede ser realidad
más allá del borde del sofá.

El porvenir está por llegar.
Tu vida se pondrá del revés exponencialmente en nuestra ecuación.
El tiempo da el resultado.
La paciencia, de nuevo, vuelve a ser mi fuerte.

Tengo fe;
tengo amor;
tengo vida y oportunidades.

Limpio a conciencia las lentes del alma.
Veo con claridad.

Gracias por elegir, una vez más.
Gracias por no elegirme a mi.
No sabrías hacerlo.

2 comentarios:

gaia56 dijo...

¡qué suerte al borde del sofá lo tienes todo!
Aquello de levántate y anda queda adecuado en estos momentos.
Besinhos

ir-n dijo...

Gaia,

al borde del sofá hay un millón de cosas. Fuera de él: ¡infinitos millones más!
Me levanto, despacito, y camino con firmeza... no sé dónde voy pero, lo increíble, es que vaya donde vaya, llegaré a buen puerto...

Bienvenida a casa.

Seguro que has disfrutado como tú bien sabes hacer.
Un besazo.
Muacks