Había dejado, a propósito,
un jersey,
un pijama,
unas chanclas,
un mapa,
una guía de viaje y
un AMOR,
para obligarme a volver si el raciocinio,
en algún momento,
retenía la voluntad de mi alma.
Nunca antes...
Había soñado con infinidad de lugares,
rincones, viajes, cuentos, respiraciones,
almohadas, edredones, hogares,
aventuras, encuentros, bailes, opciones,
oportunidades, creaciones e inventivas,
en milésimas de segundo.
Nunca antes...
Había corroborado que podía configurarse eterno
un instante infinito en el pecho;
una emoción que se desborda en los ojos,
que sabe a sal en la piel,
que se retuerce de deseo en el vientre.
Nunca antes...
Había deseado correr en la misma dirección,
cuya meta es un abrazo;
un beso,
un susurro,
una voz.
Mil emociones...
Nunca antes...
Me había podido la impaciencia desde la calma;
las ganas de que corra el tiempo sin fin,
sin perder un momento,
sin obviar un sólo detalle.
Sin dejar de mirarte.
En realidad,
nunca perdí la esperanza
de que el diseño de mis deseos,
tomase forma,
tres años depués de haber aterrizado;
de haberte pedido;
de haber suplicado
que, un sólo ser en el mundo,
viniese con mi libro de instrucciones bajo el brazo.
***Gracias***
2 comentarios:
... Pero ahora sí.
Besos otoñales
Qué bello dejarse fluir de la mano hasta volar. Suerte con tu buena suerte. A ver si te puedo dar un abrazo en la urbe!!
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