lunes, octubre 26

Desesperación


Camina de la mano consigo mismo
mientras su alma se cuela por las rendijas de las alcantarillas.
Mientras lo inservible se mueve, autómatamente, por el asfalto;
como un reptil sobre el barro.

Sólo mierda a un palmo del suelo y,
tan lejos, la luz del sol que aterriza tenue sobre su lomo,
acariciando con cinismo y, una especie de incipiente traición,
que mantiene la bestia alerta;
al hombre dormido,
a la persona expectante...

Nada es lo que parece cuando
la desesperación acecha
con sigilo.

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