viernes, enero 9

Suddenly


De repente ¡¿qué?! Nada.

Tomar como atemporal lo caduco.

Un instante de expansión, de sinceridad y desahogo como verdad universal. Triste imperativo categórico.

Corre el tiempo y, con él, las emociones, los recuerdos, el olvido, las sonrisas.

Increíbles momentos fortuitos, dualidades y tempestades. Bajo mi paraguas: la calma.

Las sorpresas se aceleran. Los pensamientos, en ralentí, ahogan la ilusión del ayer potenciando la del mañana.

Ahora mírame y piensa. Elige lo que quieres mientras puedas y, seguramente, estés en lo cierto.

Llegó a lomos de su arcoiris de cien patas y cuatro corazones transmitiendo la vitalidad del eterno yo; del frágil tu; del indestructible mañana.

Nada es lo que parece. Todo vuelve.

Años después se sentó abrazado a sus rodillas, encendió un cigarro y respiró profundamente. El humo cubrió el presente incendiando la mecha de mi recuerdo. Allí estaba yo. Infranqueable, bella y jovial. En mi: otra realidad. Viva, tenaz, sólida.

Los caminos han de andarse en el momento pues, mañana, puede el barro hacer florecer un vergel inaccesible para ti.

Piénsalo bien; mírame ahora que puedes.

No hay comentarios: