Cuando vi por primera vez esta representación de la Navidad en casa de mi familia a mediados de Diciembre, me entró un ataque de risa: "Jajajaaja, se me olvidó sacarle una foto para que veáis lo chiflado que está mi padre; jajajaja" Cuando lo viví tal cual la mañana del 24 de Diciembre y, horas después, me reencontré con esta estampa en la cena de nochebuena, lo comprendí todo.
Tras un par de semanas y en extrañas circunstancias llegó la Navidad a mi hogar. No era ninguna fecha señalada pero, sin embargo, me premió con un viaje. No sé a dónde iré, ni cuándo, ni cómo... no importa. Algún día me plantaré con la maleta en tu puerta y tendrás que tirar por la borda toda tu vida. Llegaré para morirme contigo o matarte después de que me recibas. No hay más opción.
Así es la vida.
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