Es lo que ocurre cada mañana y cada noche,
en esta absurda realidad que nos rodea,
en este querer lo que no se sabe
y saber lo que no se quiere.
Improvisación es la vida en si misma,
que nos mira desde lejos,
amañando trampas y
desenmarañando entrañas.
Improvisación fue ayer,
en demasía,
sin sintonía,
sin amor.
Improvisación será un término,
ligado siempre al pasado,
porque no me gusta improvisar,
ni aunque me paguen por ello.
Improvisación es pues mi condena,
la que produce el dolor en el pecho,
la que arde entre mis manos,
la que resurge en mi memoria,
la que me manda al quinto infierno,
de nuevo.
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