Puede ser idílico aún siendo real.
Puede mantenerse gracias a su propia existencia.
Puede brotar regalando hermosos frutos.
La disciplina del ser y el estar
no tiene más reglas que la fuerza de voluntad;
más allá del alba al alba.
Vuelo rasante,
en ocasiones, también sobre las nubes.
Generalmente,
atravesando amarillos humos contaminantes
enredados en el pasado inmediato.
Qué podemos hacer;
cómo recordar;
cómo hilar frases sin sentido con afán de creación.
Cómo combatir esa extraña fuerza liberadora
de opresión creativa...
¿Desde cuándo la racionalidad
intervino en mi escritura?
¿Cuándo me hice tan sumamente
vieja?
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