Suena, de nuevo,
la música;
fuera y dentro.
A nuestro alrededor
bullicio...
Música de enanos,
de sábados por la mañana,
baños, paseos, paella...
Música de siesta colectiva,
película y manta.
Música de almendros en flor,
copos de nieve;
copos de nieve;
aguaceros al otro lado del cristal.
Tormentas eléctricas...
Música de blancos despertares,
sueños de algodón;
miel y limón.
Música de cuerpos entrelazados.
Lenguas irreverentes ante la adversidad,
la tempestad,
las circunstancias...
Música de juegos y parques;
de pinturas,
de enseñanzas.
Música, sin más...
3 comentarios:
Que la música invada los espacios reservados a los cuerpos. Música de sábados, luz de domingos, lunes de arpas, martes de campanas... Bendita la música que entra por los ojos y se queda en las esquinas de la espalda.
Un placer leerte. Bs
me suena esta canción a los olores que, de repente, transportan en el tiempo y el espacio. Sin letra ni melodía clara pero inevitablemente conocidos...
mientras leo tu poema en silencia, la casa está tranquila, oigo una melodía que viene de esta ventana q me conecta a tu casa, a tu vida... bonito bonito, lleno lleno, pura vida.
mua
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