Dibujo: David Rubio
Nunca nadie antes me había regalado un castillo donde habitar.
Muchos otros, sin embargo, me invitaron a levantar alguno en el aire e, incluso, condenado a encerrarme en ellos hasta después de muerta; a sus órdenes y placeres.
Sin embargo, ayer, recibí este hermoso castillo desde la humildad, la sencillez y el AMOR.
Desde la sinceridad de la que yo misma carezco -y esto me asusta en ocasiones-.
Ayer derramé mis lágrimas sobre este castillo.
Emociones que me mueven a vivir.
Que alguien me quiera así, me hace tremendamente feliz.
***Gracias***
1 comentario:
que bonitooo
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